Como todos sabemos los hidratos de carbono son la principal fuente de energía del músculo. La ingestión de éstos en su medida adecuada se ha asociado a un mayor rendimiento. Siguiendo esta lógica, en el subconsciente suena el pensamiento: "como el azúcar es la fuente de energía del músculo, cuánto más tenga en las reservas, mejor".
Sin embargo, esta idea es una falsa creencia, de manera que el consumo de productos azucarados unos 30 minutos antes del ejercicio tiene un efecto hipoglucémico (descenso de glucosa en sangre), que provoca la fatiga (Lucía, 1995).
En los primeros momentos del ejercicio, el músculo utiliza lo que tiene más cerca, es decir, el glucógeno almacenado, pero en seguida el aporte de energía viene de la glucosa de la sangre, y si no está disponible por la hipoglucemia, aparece la fatiga.
Por lo tanto, cuando se trata de ingestión de hidratos de carbono, es conveniente ingerir hidratos de carbono complejos durante el ejercicio físico (polisacáridos especialmente, exceptuando aquellos con alto contenido en fibra, que pueden producir molestias gastrointestinales) y en caso de ingerirlos antes del mismo, habría que tomarlos entre 40 y 60 minutos antes de empezar, pues de este modo se previene una gran subida de los niveles de insulina en sangre.
me cago en diez
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