Algunas claves para tomarse el 'running' en serio y que no deje de ser un
hábito saludable son:
- Escoger las zapatillas adecuadas.
- Someterse a un chequeo médico.
- Llevar una dieta sana.
Todo el mundo
puede calzarse unas zapatillas
deportivas y salir a la calle a correr
un rato. Es gratis, no requiere ningún vestuario especial, se puede
hacer en cualquier momento y no hace falta cuadrar agenda con los amigos. Hay
muchas personas que lo prueban y lo acaban dejando. En otras, en cambio, llega
un momento que se produce un clic
interno y el hasta el momento corredor informal se convierte en 'runner', según la terminología actual. Esto significa que el compromiso y el entrenamiento aumenta,
al mismo tiempo que sube en gran medida el presupuesto. Eso sí, es conveniente huir de las modas para concentrar el gasto en aquello que
realmente importa, es decir, la salud.
Zapatillas
adecuadas


Deporte seguro.
El análisis de
la pisada es algo básico y económico, pensado para cualquier tipo de corredor.
Al aumentar un poco el ritmo y aspirar a objetivos algo más ambiciosos, aparecen otras pruebas
recomendables y que cada vez son más solicitadas, como los reconocimientos médicos deportivos. El grupo Geseme ha puesto en marcha un servicio exclusivo de medicina
preventiva, los Executive Medical Check
Up, que pueden incluir un exhaustivo
chequeo deportivo.
Este tipo de
reconocimiento incluye dos aspectos fundamentales, uno más centrado en determinar
el estado de salud para hacer
frente al esfuerzo, y el otro, en mejorar el rendimiento deportivo.
En todo caso, se trata de asegurarse que uno practica deporte de forma segura, siendo consciente de
los propios límites. “Mucha gente comienza a correr sin ni siquiera preocuparse
de enfermedades de base cardiacas que
no se manifiestan en la vida cotidiana pero sí cuando se pide al corazón un
mayor esfuerzo. Anomalías que pueden ser detectadas con un estudio cardiaco y,
a partir de aquí, tomar las medidas
adecuadas”, explica la doctora Catalina Vadell, directora médica de
Geseme.
En los chequeos
deportivos se efectúan analíticas, mediciones antropométricas para determinar
la composición corporal, una espirometría para verificar la capacidad funcional
de los pulmones y una exploración del aparato locomotor. Pero las pruebas más
importantes son aquellas destinadas a comprobar
la salud del corazón, mediante un electrocardiograma en reposo, en
algunos casos un ecocardiograma y una prueba de esfuerzo. Tal y como
comenta la doctora Vadell, esta última es clave para “valorar la potencia aeróbica máxima y analizar
cómo se adapta el corazón a diferentes esfuerzos
y velocidades”.
Dieta mediterránea

13/03/2014 – El periódico